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El cansancio, o también llamado fatiga, consta de una sensación en la que el cuerpo carece de energía, volviéndose pesado de mover y el cual podría llegar a producir dolores musculares en distintas áreas.
Esta falta de energía podría representarse como la respuesta ante el esfuerzo físico extremo, así como también al presentar un estrés emocional de gran estala. El aburrimiento o la somnolencia también son síntomas que pueden llegar a asociarse con el cansancio.
Existen muchos casos en que el cansancio forma parte como una respuesta del cuerpo para obligar a la persona a tomarse un tiempo para respirar profundamente y abstenerse de realizar actividades para que se regeneren las energías expulsadas previamente.
Los problemas comienzan a aparecer cuando la fatiga no aparece como una respuesta del cuerpo, sino de manera espontánea. También se nota cuando despiertas por la mañana, o luego de una siesta, y aún te encuentras cansado, siendo el caso que deberías sentirte aún más aliviado que antes de dormir.
Sin embargo, este podría ser el motivo de una carga física o mental en exceso la cual no se está solventando correctamente con las horas de sueño adecuadas.
Por ejemplo, si una persona trabaja por 10 horas durante el día y al volver a casa debe continuar realizando labores, lo que le obliga a dormir como máximo unas 5 horas durante la noche, sin la posibilidad de tomar siestas durante la tarde, esta persona estaría padeciendo de fatiga acumulativa.
La fatiga acumulativa se genera cuando el cuerpo no descansa un tiempo proporcional al tiempo en que se encuentra realizando las actividades diarias. También puede hacerse presente cuando se somete a la mente a cargas excesivas de estrés.
Entre los 40 y los 60 años la mayoría de las personas pasan por sentir un cierto cansancio corporal, hay menos energía y menos ganas de cumplir con las rutinas laborales diarias. Por lo general se le atribuye al cansancio o al aburrimiento o al estrés. Todo posiblemente a causa de estar realizando la misma actividad durante muchos años.
En el hombre suele ser llamada la edad de la experiencia. En este caso las funciones sexuales, por fuera de éste rango de edad, suelen ser diferentes en cuanto a factores desencadenantes y características individuales. El resultado puede que se desencadene en problemas con la pareja o el matrimonio en sí, todo lo anterior por la rutina de su vida y por tanto las consecuencias en la vida sexual pueden ser bastantes notorias. Es así, que la edad entre los 40/45 años el hombre pasa por una crisis llamada “crisis de la edad media”.
En muchos casos, ir al trabajo o hacer la comida hasta incluso salir a pasear, puede ser aburrido o sentirse agotado. El resultado de esto es una mezcla de dolor físico y cansancio permanente que se inicia en la mañana y se sostiene durante todo el día, puede ser esta patología incapacitante.
El estrés y la ansiedad provocan fatiga
El estrés puede presentarse como un inconveniente en el que le genera al cuerpo ciertos padecimientos que acumulan dolencias y presiones. Cuando este estrés se mantiene durante mucho tiempo podría convertirse en estrés crónico.

El estrés crónico comenzaría a afectar a la salud física del individuo causando dolor de espalda, dolor de cabeza e incluso pérdida en la memoria a corto plazo. La ansiedad es uno de los síntomas que mayormente se ven encadenados por el estrés crónico y podría estar afectando al cuerpo y a la mente sometiéndola a periodos intermitentes de presión.
Cuando la ansiedad hace aparición podría comenzar a decaer el tiempo de descanso de una persona, dificultándole la posibilidad de conciliar el sueño con facilidad o simplemente causándole insomnio, el cual las personas podrían asociar como una simple dificultad para dormir.
Y aunque parezca un poco contradictorio, la falta de ejercicio durante la rutina diaria también podría desembocar en un cansancio sin explicación.
Cuando el cuerpo realiza alguna actividad física la cual requiera el uso de la fuerza o la resistencia muscular se acelera la respiración, aumentando la presión arterial para que el corazón bombee más sangre. Este proceso nutre al cuerpo de todas las vitaminas que se distribuyen, pero de una manera más rápida.
A pesar de que las actividades físicas consumirán gran parte de tu energía, también te están brindando energía extra para que continúes con tu día de manera eficiente.
Síndrome de fatiga crónica
Si tus niveles de cansancio no se ven reducidos con ninguna actividad, y tampoco te sientes mejor luego de dormir por horas, entonces deberás conocer un poco más acerca de la fatiga crónica.
Este síndrome podría considerarse como una enfermedad de larga duración la cual afecta a diversos sistemas del cuerpo haciendo un poco más difícil la realización de ciertas actividades diarias que podrías realizar con total normalidad.
El síndrome de fatiga crónica suele presentarse con mayor frecuencia en personas mayores a los 40 o 60 años, principalmente en las mujeres. Las personas blancas son las más propensas a ser diagnosticadas con este síndrome en comparación con otras razas. Sin embargo, se han realizado análisis que determinan que una persona posee fatiga crónica aunque no haya sido diagnosticada.
La fatiga crónica podría llegar a presentar síntomas aún más graves de los que se ven con la fatiga común. No solo problemas para dormir y un cansancio que no mejora con el descanso, sino también mareos, dolores físicos e inconvenientes para pensar o concentrarte.
Estos síntomas no son constantes, ya que podrías tenerlos un día, y al otro podrían estar ausentes. Sin embargo, los síntomas volverán dependiendo de cómo se encuentre tu cuerpo y tu mente en dado momento. Pero podrían verse aún más graves cuando la persona realiza algún sobreesfuerzo físico el cual conlleve un mayor uso de energía a la que está acostumbrado.
De igual manera afecta a la mente cuando te propones pensar algo o concentrarte en alguna actividad. La liberación de energía durante estas acciones, aunque sea algo mental, requiere de esfuerzo el algún tipo y la fatiga crónica se vería envuelta en este tipo de situaciones.
¿El cansancio físico y mental son uno?
Como ya hemos establecido, el cansancio o fatiga física conllevan a un sinfín de causas y síntomas en los que se ve afectado cuerpo y mente, aunque es el cuerpo quien más sufre las consecuencias de este.

El cansancio mental va un poco más allá, enfocado a la sobrecarga que le damos a nuestro cerebro cuando lo saturamos de información y tareas las cual debe procesar en un instante. No conforme con ello, también tiene deberes, responsabilidades y preocupaciones a las cuales dedicarle atención sin desobligarse de las acciones que estamos realizando en dicho momento.
Acumular tantos pensamientos, ya sean positivos o negativos, podría provocar que nuestra cabeza llegase al punto de querer explotar para aliviar toda la carga.
Una de las causas que más peso le proporciona a nuestra mente es el estrés. Porque sí, el estrés es el causante de la mayoría de los males mentales y es momento de afrontar esta realidad.
Las constantes preocupaciones del día a día, junto con las responsabilidades sobre la familia, la pareja y los hijos, además de nuestros compañeros de trabajo, amigos y deberes externos, nos llevan a una situación en que el estrés domina nuestras vidas.
Si la mente se encuentra llena de una carga innecesaria comenzará a afectar al cuerpo y drenaría también su energía. Y en el caso contrario, cuando es el cuerpo quien ya no puede más e intenta tomar parte de la energía que la mente aún guarda, terminaría drenándola por completo, ahuyentando las pocas ganas que tenga la persona de seguir en pie.
Lo que queremos decir con esto es que, a pesar de que ambos no son lo mismo, el cansancio mental y el físico se complementan para trabajar en conjunto y ayudarse mutuamente; pero cuando tanto la mente como el cuerpo se encuentran sobrecargados será cuando comenzarán los malestares físicos desembocados por el enemigo en común: El estrés.
Trabaja con tu cansancio mental
El cansancio mental podría ser recompuesto de una manera más rápida, y a veces más sencilla, en comparación con la fatiga física.
La alimentación juega un papel muy importante para que la mente se mantenga sana y despejada. Con los nutrientes necesarios podrías aliviar la carga mental con la que puedas llegar a saturarte. Consulta con un experto en nutrición para que te ayude a consumir los alimentos pertinentes y aumentar así tu salud comenzando por tu plato de comida.
¿Te aseguras de tomar la cantidad de agua suficiente? Aunque no lo creas, el consumo de líquidos podría llegar a ser vital para la salud. Si te abstienes de este hábito podrías notar muchas consecuencias en los procesos que tu cuerpo realiza día a día para mantenerse en pie y continuar con una buena salud.
Llegada cierta edad es muy importante que el consumo de agua aumente ya que el cuerpo se va desgastando poco a poco.

Intenta dormir un poco más, o tomar siestas algunos días para que tu mente se relaje durante las noches. Esto ayudaría mucho a que la mente despierte más liberada y comience un nuevo proceso de adaptación a la realidad actual.
De ser posible, toma unas vacaciones. Es bien sabido que un cambio de ambientes pega muy bien a la liberación mental ya que te ayuda a desconectarte de las preocupaciones del día a día. Visita amigos o familiares lejanos, cambia de perspectiva y encuentra paz durante esos días.
Recuerda que tu mente también es un músculo de tu cuerpo. Al igual que ejercitas el físico con ciertas acciones, también lo haces con la mente al pensar y concentrarte. Si las sobrecargas de pensamientos y responsabilidad serían equivalentes a que cargaras el doble del peso que podrías elevar con una mano. Sabes que es imposible y podrían fallarte los músculos, pero al no ver los límites de la mente no te preocupas por cuánto peso le haces llevar.
El cansancio asociado con la salud
El cansancio puede llegar a ser el comienzo de distintos malestares físicos derivados de enfermedades, o simplemente un síntoma de estas, en ciertos casos.
La anemia, o la depresión, por ejemplo, son algunas de las enfermedades con las que más se suelen asociar al cansancio de las personas debido a todos los conflictos que estas generan en el cuerpo.
Para hacer mención de enfermedades más graves podríamos incluir la enfermedad de Addison, la artritis, el cáncer o la diabetes. Todas estas suprimen al cuerpo de energías, provocando la fatiga.
Sin embargo, en el caso del cáncer se trata de un cansancio diferente al que podría sentirse con las actividades del día a día. La fatiga producida por el cáncer es un sentimiento únicamente comparable con la depresión, aunque en mayor proporción. Y nos referimos a la depresión médica, no aquella que crees tener luego de algún desacuerdo o una ruptura amorosa.
Este tipo de fatiga se podría describir como un sentimiento extenuante de debilidad y desgaste el cual dura todo el día y, aunque el sentimiento podría estar ausente algún tiempo, siempre volverá de peor forma.

En el caso de la diabetes, el cansancio se origina por la ausencia de la glucosa en las células de la forma en que deberían estar presentes. Esto causa la falta de energía en el cuerpo, lo que complica la realización de ciertas actividades cotidianas.
El exceso de azúcar en la sangre que genera la diabetes obliga a quien la padezca a orinar de forma más frecuente, lo que producirá a largo plazo que la persona pierda peso y masa muscular, lo que provocaría aún más cansancio en el cuerpo.
La apnea de sueño es una de las enfermedades que más fatiga podría provocarle al cuerpo. Esta enfermedad se debe a la falta repentina o momentánea de aire en el interior de los pulmones mientras la persona duerme. Esto podría ocurrir en repetidas ocasiones durante la misma noche contribuyendo negativamente en el descanso de la persona.
Cuando una persona presenta esta condición podría despertar más cansado de lo normal, además de comenzar a tener sueño durante el día. Esta es una condición que suele comenzar a presentarse en personas mayores a los 50 años de edad.
Y precisamente llegados a esa edad es cuando debemos tener en cuenta un factor muy importante para la fatiga, como vendría siendo el desgaste muscular que sufrimos.
Si nuestros músculos pierden fuerza, sin importar a qué zona pertenezcan, todo nuestro cuerpo comenzará a debilitarse poco a poco ya que, al sentirnos débiles de una parte, haremos uso de la más fuerte para compensar la falta de energía. Y así continuamente hasta que el cansancio se esparza a todo el cuerpo.
La degeneración muscular es un síntoma muy normal luego de cumplir 40 años, pero de igual manera puedes combatirla fortaleciendo tu cuerpo con ejercicios ocasionales dentro de tu rutina semanal.
También podrías cambiar tu estilo de vida, para reducir la fatiga, mejorar la circulación y la respiración, además de colaborar con tu mente para trabajar de manera más activa.
La edad es imparable, pero tú también lo eres. No permitas que el cansancio sea quien te domine y toma acciones para reducir la fatiga de tu día a día.
Enlaces externos sobre el cansancio y la fatiga
- https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/chronic-fatigue-syndrome/symptoms-causes/syc-20360490
- https://www.aarp.org/espanol/salud/enfermedades-y-tratamientos/info-2020/causas-del-cansancio.html
- https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003088.htm
- https://www.cigna.com/es-us/individuals-families/health-wellness/hw/temas-de-salud/debilidad-y-fatiga-wkfat
- https://www.merckmanuals.com/es-pr/hogar/temas-especiales/s%C3%ADntomas-inespec%C3%ADficos/fatiga
- https://www.youtube.com/watch?v=UwUaXuP2fxs
- https://www.youtube.com/watch?v=ICYox_2BfqY