Los químicos de la felicidad – Conoce como estimular las hormonas de la felicidad

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El cuarteto de los llamados químicos de la felicidad se compone de las hormonas serotonina, endorfinas, dopamina y oxitocina.

La principal sensación de felicidad viene de químicos cerebrales asociados que no son segregadas todo el tiempo sin motivo. Los altibajos se producen porque los químicos de la felicidad se encienden de manera breve, por lo que hay que estimularlos para obtener más. 

¿Y cómo lograrlo? En este artículo te contaremos algunos pasos e información para que comiences a ejercitar estas hormonas de la felicidad para favorecer el sentimiento de plenitud y bienestar.

Crear hábitos saludables apoyan a los químicos de la felicidad

Crear un nuevo hábito saludable requiere tiempo y constancia. Muchas veces no resulta fácil adoptar estos cambios, ya que consiste en entrenamiento continuo, perseverancia y fuerza de voluntad hasta ver los resultados. Al comenzar una nueva actividad o ejercicio, ya sea físico o mental, es posible sentir que estamos lejos del propósito y alcanzar los objetivos que nos propusimos se puede transformar en un suplicio. 

Crear hábitos saludables apoyan a los químicos de la felicidad

Sentir que estamos haciendo un sacrificio por emprender algo nuevo provoca muchas veces que nos anclemos en viejas costumbres. Afortunadamente, el deseo de cambiar de hábito nos propicia a esforzarnos por salir de nuestra zona de confort y constituye una fuerte motivación para seguir adelante y proponernos un nuevo estilo de vida. Hoy en día tenemos conciencia que podemos aprender nuevas conductas y evolucionar constantemente con el propósito de ser felices. 

La repetición de nuevos pensamientos asociándolos a un comportamiento deseado hasta convertirlo en una regla, es lo que necesitamos para romper con prácticas del pasado y producir los nuevos hábitos que queremos incorporar a nuestras vidas, paso a paso, todos los días, poniendo como meta un objetivo alcanzable y que perdure en el tiempo.  

El nuevo comportamiento, como mencionamos, desde el principio, puede no resultar placentero. Es posible sentir fatiga, dolores musculares, cansancio físico y mental, falta de fuerza y energía, etc. Pero si logramos vencer estas barreras, esforzándonos en repetir y finalizar el reto, el sentimiento que nos producirá haber terminado el desafío, sin importar el tiempo que nos lleve, sin lugar a dudas que actuará incrementando nuestro bienestar. 

A continuación descubre las hormonas implicadas en la felicidad y cómo liberarlas naturalmente.

Dopamina, molécula de la recompensa

La dopamina es una hormona que actúa como neurotransmisor del sistema nervioso central y se produce en nuestro cuerpo de manera natural. Es responsable del impulso de la búsqueda de la motivación y de sensaciones placenteras, la coordinación de movimientos, la atención, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria. 

La dopamina se libera en el momento que participamos de eventos importantes en los cuales el objetivo es obtener una recompensa y es importante como fuente de motivación y deseos de plantearnos nuevos desafíos. Se ha estudiado que cada tipo de comportamiento que ejercemos con el motivo de obtener una recompensa produce el aumento del nivel de transmisión de dopamina en el cerebro.

Por lo tanto, para incrementar los niveles de dopamina, nada mejor que proponernos una meta y alcanzarla. Una vez que hemos obtenido la recompensa, la dopamina cae pero se activa nuevamente al poner el foco en otra meta con el objetivo de obtener nuevamente una recompensa.

Para crear un nuevo patrón de conducta que nos permita producir esta hormona, una buena opción es comprometerse con un pasatiempo gratificante. 

El ejercicio físico es una opción natural de refuerzo y recompensa. Los beneficios de la actividad física se pueden apreciar a nivel emocional si se mantiene el hábito a largo plazo.

Es importante no limitarse a establecer “grandes” objetivos que nos lleven mucho tiempo por completar. Lo recomendable es adoptar metas y objetivos a corto plazo para mantenernos motivados y sentir que estamos acercándonos a un objetivo y poder sostener esta rutina en el tiempo. Para comenzar, es fundamental focalizarse en actividades sobre las cuales tenemos cierto control y no esperar a que otros establezcan las metas por alcanzar.

Oxitocina, molécula de la vinculación.

La oxitocina es un neuropéptido de nueve aminoácidos, también conocida como la “hormona de amor”. Es una sustancia química con efectos directos en nuestro cerebro. Puede comportarse como una hormona o como un neurotransmisor que influye sobre la actividad del sistema nervioso vegetativo.

Está directamente relacionada con las relaciones humanas, el comportamiento social, la vinculación y la confianza entre las personas. Ciertas actividades como besar, abrazar, tener sexo pueden desencadenar la liberación de oxitocina en nuestro cerebro. Crea la sensación de seguridad al estar en contacto con nuestras relaciones afectivas, explica por qué te sientes feliz cuando abrazas o acaricias a tu mascota.

Es importante durante el parto ya que la oxitocina ayuda a que el útero de la madre se contraiga para dar a luz al bebé y juega un papel muy importante en la lactancia. También ayuda a vincularse con el bebé después del nacimiento. Así como existen factores que incrementan la producción de oxitocina también existen factores que la disminuyen como ser la ansiedad, depresión, estrés crónico y las deficiencias hormonales. 

Nuestro cerebro decide cuidadosamente cuando activar la oxitocina y es metabolizada rápidamente, por lo tanto, siempre buscamos estimularla para seguir disfrutando de esa sensación de seguridad.

Los motivos que la han activado en el pasado nos ayudarán a confiar más fácilmente hoy. Es posible aumentar los niveles de oxitocina al tener intimidad física con otros, pero siempre que provenga de los afectos y personas en las que confiamos. No sucede lo mismo si el abrazo proviene de una persona con la cual no tenemos afecto u confianza.

Como contraparte, la oxitocina desciende cuando nos alejamos de nuestros vínculos cercanos. Por lo tanto, para crear un nuevo patrón que estimule esta hormona es fundamental acercarnos cada día a nuestras relaciones afectivas con muestras de afecto. 

Serotonina, enfocarse en el propio esfuerzo

La serotonina es un neurotransmisor que tiene la capacidad de transmitir señales o impulsos nerviosos que juegan un papel fundamental en el organismo, especialmente en el estado de ánimo, ya que cuando es segregada tiene efectos muy positivos a nivel físico y emocional, proporcionándonos un estado de felicidad y bienestar.

La serotonina se encuentra en el cerebro, los intestinos y las plaquetas sanguíneas. Ayuda a regular diversas funciones en el cuerpo como ser la digestión y el apetito, causando sensación de saciedad. En el sueño, regulando la secreción de la hormona melatonina. También desempeña un papel muy importante en la formación y estructura ósea, coagulación de la sangre y la función sexual. Lo más estudiado es el vínculo entre una mayor cantidad de serotonina y el refuerzo de la autoestima, aumento de sentimientos de dignidad y sentido de pertenecía.

El déficit de esta hormona puede ser causante de malestar en nuestro estado mental ya que la serotonina puede ayudar a reducir la depresión, regular la ansiedad, miedos, angustia, problemas de memoria e insomnio

Las personas que están atrapadas en un ciclo de baja autoestima o sienten que distintas circunstancias han socavado su confianza pueden recuperarla dando pequeños pasos cada día, creando el hábito para focalizarse en los logros alcanzados.

La serotonina del cerebro se incrementa significativamente cuando nos sentimos importantes, por lo tanto, una manera de estimular su producción de forma natural es asumir nuevos desafíos con regularidad y llevar a cabo actividades que refuerzan un sentido de propósito, significado y realización.

Una forma de hacerlo es a través de una nueva rutina de ejercicios, lo que ayuda a reforzar la confianza en uno mismo cuando nos apegamos a ella con el tiempo. 

La confianza desencadena la serotonina, por lo tanto, ser capaz de decir: LO HICE! produce un efecto de retroalimentación que refuerzan las conductas que construyen la autoestima y la sensación de seguridad en uno mismo, estimulando la producción de más y más serotonina. 

Endorfinas, moléculas analgésicas.

La endorfina es un péptido opiáceo que el propio cuerpo fabrica. Se trata de neurotransmisores que funcionan como analgésicos naturales y aumentan en los momentos placenteros de nuestras vidas: la alegría, la emoción, el orgasmo y disminuyen en los momentos tristes o de dolor, como ser un golpe por una caída, una discusión o enfermedad. 

Las endorfinas se producen naturalmente en nuestro cerebro por la glándula pituitaria y el hipotálamo durante situaciones que catalogamos placenteras, y se asimilan a opiáceos en su estructura química y propiedades analgésicas. También mejora nuestro sistema inmune, la memoria y la atención.

Su segregación aporta bienestar y calma, sensaciones que relacionamos con la felicidad. Por ello cuando recordamos un momento agradable es porque mientras estaba sucediendo, nuestro cuerpo segregaba endorfinas. Las endorfinas liberadas provocarán esa sensación de bienestar y el deseo de repetir ese momento una y otra vez.

¿Qué podemos hacer para producir más endorfinas naturalmente?

Sin dudas todas las actividades que influyen en nuestro estado de ánimo de forma positiva.

  • La risa es una forma natural de aumentar las endorfinas. 
  • Escuchar música y la estimulación rítmica constituye una gran fuente de bienestar, además de la compañía que nos brinda mientras realizamos cualquier actividad, independientemente del tipo de música, produce una sensación de calma inmediata.
  • Salir de la monotonía practicando nuevas actividades, visitar nuevos lugares, improvisar una salida espontánea pueden ser motores para activar esta hormona. 
  • Tener proyectos sin dudas que nos genera una gran emoción y placer al concretarlos, así que trazar un plan a corto plazo puede ser una buena opción para ganar confianza, activar la hormona de la felicidad y poco a poco ir avanzando en nuevos proyectos más desafiantes.
  • Practicar actividad física de resistencia, prolongada e intensa produce una gran liberación de endorfinas reduciendo potencialmente el estrés y la ansiedad.

La felicidad

Así como mencionamos la relación que existe entre la felicidad y los nuevos hábitos que creamos que generan más y más de las hormonas DOSE, existe también correlación entre estados de felicidad y la salud. 

La felicidad

La felicidad influye de manera positiva en la salud de las personas y en el sentimiento de bienestar disminuyendo el riesgo cardiovascular, los estados inflamatorios, incluso retrasando el envejecimiento celular. 

El deporte también es un gran aliado que mejora la calidad de vida y contribuye a que las personas tengan un mejor concepto de sí mismas. Hemos mencionado su importancia a la hora de reducir los niveles de ansiedad, el estrés y la depresión.

El ejercicio en un nivel intensivo nos abstrae de pensamientos negativos aportándonos muchos beneficios psicológicos y emocionales, experimentando la sensación de revitalización y optimismo.

Nos ayuda a enfrentar los problemas de manera saludable y produce un amplio espectro de bienestar físico y mental desencadenando la liberación de endorfinas y aumentando los niveles de neurotrofina BDNF, Factor Neurotrófico derivado del cerebro. 

El Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro

El Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro es una proteína que ejerce un rol muy importante en la salud de nuestro sistema nervioso, la memoria, la motivación y el desarrollo neurológico normal. Se trata de una de las sustancias más activas para estimular el proceso de Neurogénesis, que consiste en el nacimiento de nuevas neuronas en el cerebro.

Atrás quedaron las teorías que afirmaban que nacemos con una determinada cantidad de neuronas y que no es posible reproducir más en la edad adulta.

La neurociencia ha demostrando que no sólo es posible el crecimiento de nuevas neuronas, sino que también puede darse la neurogénesis adulta a través de la constante estimulación cognitiva, incorporando nuevos hábitos, asumiendo nuevos desafíos que pongan a prueba nuestras habilidades , practicando actividades como ser el ejercicio físico intensivo, disminuyendo el estrés y la ansiedad a través de prácticas de meditación y contacto con la naturaleza y una alimentación diaria rica en antioxidantes que ralenticen la degeneración celular.

La plasticidad cerebral nos permite cambiar de hábitos y adquirir nuevos conocimientos lo que estimula la reorganización cerebral manteniendo la mente permeable a modificar y aprender sin importar la edad que tengamos. 

En resumen, mantener la mente activa, ejercitarla de forma constante, establecer nuevos desafíos cognitivos a lo largo de la vida, sumado a ejercicios aeróbicos y una alimentación rica en antioxidantes son hábitos que crean conexiones entre las diferentes zonas del cerebro que propician una vida más saludable y placentera.