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La fiebre en adultos es un síntoma muy frecuente, pero comprender sus causas, síntomas, tratamientos y medidas preventivas puede resultar difícil. Como consecuencia, muchas personas se sienten inseguras sobre cómo abordarla cuando la padecen ellas mismas o alguien que conocen. Este artículo pretende aportar claridad sobre el tema examinando diversos aspectos de la fiebre en adultos y ofreciendo una visión de las mejores formas de abordarla.
Definición de fiebre en adultos
La fiebre es un síntoma frecuente que se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima de su rango normal. La temperatura corporal normal oscila entre 36,1 °C y 37,2 °C (97 °F y 99 °F). Cuando la temperatura corporal se eleva por encima de este nivel, puede ser indicio de una enfermedad o infección subyacente. Comprender la fiebre en los adultos es importante porque puede ayudar a las personas a identificar posibles problemas de salud en una fase temprana y a tomar las medidas necesarias para su tratamiento.
Causas y síntomas de la fiebre
La fiebre es una respuesta natural del organismo a las infecciones o inflamaciones causadas por diversos factores. En los adultos, las causas frecuentes de fiebre son las infecciones víricas y bacterianas, como la gripe, la neumonía, la infección del tracto urinario (ITU) o la faringitis estreptocócica. Otras causas pueden ser enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, trastornos neurológicos, cánceres, reacciones a fármacos o efectos secundarios.
La fiebre en adultos puede ir acompañada de otros síntomas que varían en función de la causa subyacente. Los síntomas habituales pueden ser escalofríos y temblores, sudoración, dolores de cabeza y dolores musculares o articulares. Algunos individuos pueden experimentar náuseas o vómitos, mientras que otros pueden tener pérdida de apetito. Además, ciertas afecciones médicas, como las cardiopatías o la diabetes, pueden empeorar los síntomas de la fiebre en algunos pacientes.
Enfermedades comunes que inducen fiebre en adultos
- Gripe
- COVID-19
- Neumonía
- Infección urinaria
- Meningitis
- Endocarditis
Es importante señalar que la fiebre no siempre es perjudicial, pero es crucial buscar atención médica cuando persiste durante más de tres días sin signos de mejoría. Las opciones de tratamiento dependerán de la causa de la fiebre y suelen consistir en medicamentos de venta libre, como el paracetamol (Tylenol), para aliviar los síntomas, junto con antibióticos si hay una infección bacteriana subyacente. Las medidas preventivas, como unas buenas prácticas higiénicas, también pueden contribuir en gran medida a reducir el riesgo de contraer fiebres de origen infeccioso, como los resfriados y los virus de la gripe.
¿Cuándo se considera fiebre en adultos?
Cuando se trata de fiebre en adultos, generalmente se considera que la temperatura basal es de 37 °C (98,6 °F). La fiebre suele definirse como una temperatura corporal que se eleva por encima de esta temperatura basal. En general, una temperatura de 38 °C (100,4 °F) o superior se considera fiebre en los adultos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que lo que constituye fiebre puede variar en función de factores como la edad y el estado general de salud. Por ejemplo, los adultos mayores pueden tener temperaturas basales más bajas que los jóvenes, y las personas con enfermedades crónicas pueden tener temperaturas basales distintas de las que no padecen tales enfermedades.
Además de medir la temperatura corporal con un termómetro, otros síntomas también pueden indicar la presencia de fiebre en los adultos. Pueden ser escalofríos, sudoración o escalofríos, dolor de cabeza, dolor o debilidad muscular, fatiga o debilidad más general.
Independientemente de la causa de la fiebre y de los síntomas que la acompañan -que pueden ser desde una infección hasta un trastorno autoinmunitario-, debe buscarse atención médica si estos síntomas son graves o prolongados. En muchos casos, el médico te recetará medicamentos para aliviar algunos síntomas mientras tu cuerpo lucha contra la causa de la elevada temperatura corporal.
Cuándo buscar atención médica para la fiebre
Si tienes fiebre, es importante saber cuándo es necesario buscar atención médica. En general, se considera fiebre una temperatura de 100,4 °F o superior en adultos. Sin embargo, la gravedad de la fiebre no determina necesariamente si es necesaria la atención médica. Si junto con la fiebre tienes síntomas adicionales como dolor de cabeza intenso, dolor torácico, dificultad para respirar, confusión o convulsiones, busca atención médica de urgencia inmediatamente.
Si la fiebre persiste durante más de tres días a pesar de tomar medicamentos sin receta y beber mucho líquido, debes concertar una cita con tu médico. Además, si tu sistema inmunitario está debilitado debido a enfermedades como el VIH/SIDA o el tratamiento del cáncer, o si estás embarazada y tienes una fiebre superior a 38 °C (100,4 °F), es mejor que te pongas en contacto con tu médico inmediatamente.
En resumen, aunque muchos casos de fiebre pueden tratarse en casa con reposo e hidratación junto con tratamientos de venta libre como el paracetamol (Tylenol) o el ibuprofeno (Advil), puede ser necesario buscar atención médica en determinadas situaciones en las que haya otros síntomas presentes que podrían indicar una afección subyacente más grave.
Diagnóstico y tratamiento de la fiebre en adultos
Los medicamentos sin receta, como el paracetamol, el ibuprofeno y la aspirina, son eficaces para reducir la fiebre. El paracetamol es un medicamento habitual para tratar la fiebre y puede administrarse tanto a adultos como a niños. Sin embargo, es importante seguir la dosis recomendada en el envase o aconsejada por un profesional sanitario, ya que una sobredosis de este fármaco puede provocar lesiones hepáticas.
Para tratar las fiebres causadas por infecciones también se utilizan medicamentos recetados, como antibióticos, antivirales o antifúngicos. Estos fármacos sólo deben tomarse bajo supervisión médica, ya que requieren un diagnóstico específico antes de su uso.
Los remedios naturales, como beber abundantes líquidos como agua, té o sopa, ayudan a bajar la temperatura corporal al tiempo que te mantienen hidratado. Además, tomar un baño tibio o usar compresas frías en la frente puede reducir la gravedad de los síntomas de la fiebre alta.
Los cambios en el estilo de vida, como descansar lo suficiente y evitar el ejercicio extenuante durante los episodios de fiebre, permiten que tu cuerpo se cure más rápidamente. Además, mantenerte alejado de las personas enfermas reduce tus posibilidades de contraer una infección que pueda provocar fiebre. En general, las opciones de tratamiento adecuadas para la fiebre dependen de la causa subyacente de la afección y siempre deben estar supervisadas por profesionales médicos cuando sea necesario.
Prevención de la fiebre en adultos
Las vacunas e inmunizaciones son una buena forma de prevenir la fiebre en adultos. La inmunización, como la vacuna antigripal, ayuda a protegerse contra la gripe, que puede causar fiebre alta, entre otros síntomas. Las vacunas funcionan introduciendo una pequeña cantidad de la enfermedad en el organismo, lo que le permite crear inmunidad sin enfermar. Además de las vacunas antigripales, también hay vacunas para otras enfermedades comunes que pueden causar fiebre, como la neumonía y la meningitis.
Las prácticas higiénicas como lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar desinfectantes de manos pueden ayudar a prevenir la propagación de la infección que causa la fiebre en los adultos. Los gérmenes que propagan las infecciones responsables de la fiebre suelen encontrarse en superficies que tocamos a diario, como pomos de puertas, mandos a distancia o teléfonos. Mantener limpio nuestro entorno también es esencial para prevenir las infecciones que provocan fiebre.
Otras medidas preventivas, como mantener buenos hábitos de salud, como descansar lo suficiente y cuidarse cuando uno se encuentra mal, son cruciales para evitar que las fiebres se conviertan en afecciones más graves. Mantener una dieta sana, rica en vitaminas y minerales, ayuda a mantener un sistema inmunitario fuerte, que desempeña un papel importante en la lucha contra las infecciones responsables de la fiebre. Adoptando estas medidas preventivas, las personas pueden reducir el riesgo de fiebre y salvaguardar su salud y bienestar generales.
Conclusión
En conclusión, buscar atención médica cuando sea necesario es importante para controlar la fiebre en los adultos. Aunque la mayoría de las fiebres no son graves y pueden tratarse en casa, hay ciertos casos en los que se requiere atención médica. Si la fiebre persiste durante más de unos días o si experimentas otros síntomas como dificultad para respirar, dolor de cabeza intenso o sarpullido, es importante consultar a un profesional sanitario.
Además de buscar atención médica cuando sea necesario, también hay consejos generales para controlar la fiebre en adultos. Mantenerse hidratado bebiendo mucho líquido es crucial, ya que la fiebre puede provocar deshidratación. Tomar medicamentos sin receta, como paracetamol o ibuprofeno, puede ayudar a reducir la fiebre y aliviar las molestias. Descansar y dormir lo suficiente también puede contribuir a la recuperación y ayudar al organismo a combatir la infección causante de la fiebre.
En general, saber cómo controlar la fiebre en los adultos es esencial para mantener una buena salud. Si te cuidas adecuadamente en los momentos de enfermedad y buscas atención médica cuando sea necesario, podrás recuperarte rápidamente y evitar que se produzcan más complicaciones.
Preguntas frecuentes
¿Qué se considera fiebre en los adultos?
La fiebre en los adultos se define generalmente como una temperatura corporal superior a 38 °C (100,4 °F). Sin embargo, es importante tener en cuenta que la definición exacta de fiebre puede variar en función de factores como la edad, el estado de salud y la hora del día.
¿Cuáles son las causas frecuentes de fiebre en los adultos?
Hay muchas causas potenciales de fiebre en adultos, entre ellas infecciones como la gripe, la neumonía y las infecciones urinarias. Otras causas potenciales pueden ser trastornos autoinmunitarios, cáncer y reacciones a medicamentos. Es importante que acudas a un profesional sanitario si tienes fiebre persistente, ya que puede ayudarte a determinar la causa subyacente.
¿Cómo suele tratarse la fiebre en los adultos?
El tratamiento de la fiebre en adultos suele depender de la causa subyacente. Los medicamentos sin receta, como el paracetamol y el ibuprofeno, pueden ayudar a reducir la fiebre y aliviar los síntomas asociados, como los dolores de cabeza y corporales. Es importante mantenerse hidratado y descansar mucho. Si la fiebre está causada por una infección, pueden ser necesarios antibióticos o medicamentos antivirales.
¿Cuándo debo buscar atención médica para la fiebre?
Debes buscar atención médica si tienes una fiebre que persiste durante más de unos días, va acompañada de síntomas graves como dolor torácico o dificultad para respirar, o si tienes fiebre alta (superior a 103 grados Fahrenheit o 39,4 grados Celsius). También debes buscar atención médica si tienes el sistema inmunitario debilitado, estás embarazada o tienes otras enfermedades subyacentes.
¿Cómo puedo prevenir la fiebre en los adultos?
Aunque no siempre es posible prevenir la fiebre, hay medidas que puedes tomar para reducir el riesgo. Esto incluye practicar una buena higiene, como lavarse las manos con regularidad, evitar el contacto estrecho con personas enfermas y estar al día de las vacunas. También es importante mantener un estilo de vida sano, con una dieta equilibrada, ejercicio físico regular y control del estrés.